La Segunda Guerra Mundial: Mujeres Destacadas
La historia de la Segunda Guerra Mundial está llena de acciones heroícas realizadas por hombres y mujeres, en muchas ocasiones poco conocidos pero cuya labor fue imprescindible en el discurso de la guerra.
Las mujeres participaron activamente en prácticamente todos los aspectos del conflicto, tanto militares como civiles. Por ejemplo, el servicio de inteligencia británico (SOE) contaba con 55 miembros femeninos, de los cuales 13 murieron en acción.
Hubo también mujeres soldado y pilotos que participaron en acciones bélicas y bombardeos. Y más de 59.000 enfermeras participaron en la Segunda Guerra Mundial, de las que más de 200 murieron. Solo en el Pacífico 70 fueron capturadas por los japoneses en 1942 y permanecieron prisioneras durante 3 años y medio.
Para la Operación Overlord las enfermeras recibieron entrenamiento militar. Se les enseño a subir a un barco mediante una soga, a saltar a los botes, a desfilar, atravesar alambradas y barricadas, y autodefensa. El dia D se desprendieron de sus tocados tradicionales y vistieron uniformes militares y botas.
No parece que ninguna enfermera participase en la operación el mismo día D, pero llegarían cuatro días después, desembarcando bajo el fuego de los francotiradores alemanes.
Estas son algunas de aquellas mujeres que se convirtieron en heroínas.
Virginia Hall
Virginia Hall era, según la propia Gestapo, la más peligrosa de las espías aliadas. Norteamericana, trabajaba para el SOE (Special Operations Executive) británico, convirtiéndose en la primera espía aliada operativa en la Francia ocupada. Se ocultó en Lyon durante dos años como corresponsal del New York Post. Una vez que los aliados desembarcaron en el Norte de África atravesó los Pirineos a pie cruzando a España, donde fue encarcelada en Figueres. Una vez liberada se traslada a Madrid, donde continúa su labor.
Una vez que los Estados Unidos entran en la guerra, ingresa en el OSS (Office of Strategic Services), el predecesor de la CIA, y es enviada de nuevo a Francia a bordo de un submarino. Allí arma y entrena a tres batallones de la resistencia, que consiguen destruir cuatro puentes, sabotear lineas férreas y telefónicas y capturar a más de 500 soldados alemanes.
Nunca fue capturada por los nazis. Oh, y varios años antes de convertirse en espía había perdido una pierna en un accidente de circulación, por lo que llevaba una pierna artificial.
Lillian Gutteridge
Lillian Gutteridge fue una enfermera británica que participó en la evacuación de los ejércitos alíados en Dunkerque. Fue una de las últimas enfermeras en abandonar Francia. Su ambulancia fue detenida por un oficial de las SS que le ordenó entregar a los heridos que transportaba. Lillian abofeteó al oficial, que respondió clavándole un cuchillo en el muslo. Antes de que la cosa se pusiera peor el oficial fue abatido por soldados del regimiento escocés Black Watch en retirada. A pesar de su herida Lillian condujo la ambulancia hasta llegar al ferrocarril francés que se dirigía a Cherburgo. Durante el trayecto recogió otros 600 soldados franceses y británicos heridos. Días más tarde consiguió llegar a Inglaterra con sus pacientes.
Susan Travers
La única mujer en la Legión Extranjera Francesa en el momento de estallar la guerra, Travers estaba en Bir Hakeim, Libia, cuando las fuerzas de la Francia Libre fueron rodeadas por los alemanes. Se negó a ser evacuada con el resto de mujeres y permaneció bajo asedio durante 15 días, hasta que la situación se hizo insostenible. Poniéndose al volante de un camión logró atravesar el cerco alemán y conducir a los 2.500 soldados franceses cercados hasta las líneas aliadas, haciendo de escudo.
La enfermera checa que envenenaba a los nazis
Hace un par de años la localidad checa de Trebon inauguró una placa conmemorativa de una enfermera (cuyo nombre se desconoce), que tras la anexión alemana de Checoslovaquia envenenó a varios soldados alemanes. Para ello se convertía en su amante, y según las historias que se han transmitido de manera oral, tras estar con ella solían morir o desaparecer. Al final fue ejecutada por un agente de la Gestapo enviado para investigar el asunto.
Violette Szabo
Cuando su marido Etienne Szabo, oficial de la Legión Extranjera Francesa murió en combate, Violette fue reclutada por el SOE británico y enviada a Francia como espía en abril de 1944. Allí organizó una unidad de la resistencia, realizó sabotajes de puentes y carreteras y envíaba reportes a Londres. Fue arrestada dos veces, pero en ambas ocasiones se las apañó para escapar.
Enviada de nuevo a Francia pocos días después del desembarco de Normandía fue interceptada en un control de carretera junto a su acompañante partisano. Saliendo del coche Violette abrió fuego contra los soldados alemanes, y siguió disparando hasta que su compañero logró huir.
Interrogada y torturada, no lograron hacerla hablar. Se la trasladó al campo de concentración de Ravensbrück en agosto de 1944, donde realizó varios intentos de fuga sin éxito. En Enero de 1945 fue ejecutada por un oficial de las SS. Su historia se cuenta en la película de 1958 Agente Secreto SZ.
Augusta Chiwy
Augusta Chiwy fue una enfermera belgo-congoleña que se ofreció voluntaria para servir en el hospital de campaña de Bastoña durante la Batalla de las Ardenas. En aquel momento solo había un médico atendiendo a los heridos norteamericanos. Augusta recorría el campo de batalla recogiendo a los heridos, bajo fuego enemigo. En 2011, a la edad de 93 años el ejército norteamericano le tributó un homenaje.
Felice Schragenheim
A pesar de que Felice Schragenheim intentó huir de Alemania en varias ocasiones antes de la guerra, el caso es que se quedó trabajando para un periódico nazi, ocultando su condición de judia. Allí tenía acceso a información secreta y al mismo tiempo podía ocultarse a plena vista, ayudando a otros judíos a salir del país.
En 1942 se enamora de Lilly Wust, la esposa de un oficial alemán, con cuya familia vive hasta que el 21 de agosto de 1943 es arrestada y enviada al campo de concentración de Theresienstadt. Wust intenta visitarla en el campo, pero se le deniega. Felice muere el 1 de enero de 1944, probablemente de tuberculosis. Wust abandona entonces a su marido y se dedica a proteger a judios el resto de la guerra.
Todo esto no se supo hasta que fue revelado por Lilly Wust en 1995. La película de 1999 Aimée y Jaguar cuenta la historia.
Elsie Ott
Elsie Ott era enfermera y teniente del ejército norteamericano. En 1943 fue enviada a India a bordo de un avión con la misión de evacuar a los soldados heridos, sin haber recibido entrenamiento ni haber volado jamás. El aparato no contaba con equipo médico, tan solo un pequeño botiquín de primeros auxilios y un doctor. Pocos meses más tarde volvió a India con una nueva unidad de evacuación y fue ascendida a capitán.
Lise Borsum
Lise Borsum era un ama de casa, miembro de la resistencia noruega, que durante toda la guerra ayudo a judíos a escapar de los países ocupados por los nazis, conduciéndolos hasta Suecia. Su casa era utilizada como refugio de paso. En 1943 es detenida junto con su marido. Éste fue liberado, pero ella es enviada al campo de concentración de Ravensbrück, donde permanece hasta ser liberada por la Cruz Roja Sueca en 1945.
Reba Whittle
Reba Whittle, enfermera aérea de los Estados Unidos, se convirtió en la primera mujer prisionera de guerra en el frente occidental durante la Segunda Guerra Mundial. El avión en que viajaba fue derribado sobre Aquisgrán y los supervivientes hechos prisioneros. Se la trasladó a un hospital cercano a Frankfurt para atender a los prisioneros de guerra británicos. Finalmente fue liberada junto a 109 de sus compañeros gracias a la intercesión de Suiza, el 25 de enero de 1945.
Las mujeres participaron activamente en prácticamente todos los aspectos del conflicto, tanto militares como civiles. Por ejemplo, el servicio de inteligencia británico (SOE) contaba con 55 miembros femeninos, de los cuales 13 murieron en acción.
Hubo también mujeres soldado y pilotos que participaron en acciones bélicas y bombardeos. Y más de 59.000 enfermeras participaron en la Segunda Guerra Mundial, de las que más de 200 murieron. Solo en el Pacífico 70 fueron capturadas por los japoneses en 1942 y permanecieron prisioneras durante 3 años y medio.
Para la Operación Overlord las enfermeras recibieron entrenamiento militar. Se les enseño a subir a un barco mediante una soga, a saltar a los botes, a desfilar, atravesar alambradas y barricadas, y autodefensa. El dia D se desprendieron de sus tocados tradicionales y vistieron uniformes militares y botas.
No parece que ninguna enfermera participase en la operación el mismo día D, pero llegarían cuatro días después, desembarcando bajo el fuego de los francotiradores alemanes.
Estas son algunas de aquellas mujeres que se convirtieron en heroínas.
Una vez que los Estados Unidos entran en la guerra, ingresa en el OSS (Office of Strategic Services), el predecesor de la CIA, y es enviada de nuevo a Francia a bordo de un submarino. Allí arma y entrena a tres batallones de la resistencia, que consiguen destruir cuatro puentes, sabotear lineas férreas y telefónicas y capturar a más de 500 soldados alemanes.
Nunca fue capturada por los nazis. Oh, y varios años antes de convertirse en espía había perdido una pierna en un accidente de circulación, por lo que llevaba una pierna artificial.
Hace un par de años la localidad checa de Trebon inauguró una placa conmemorativa de una enfermera (cuyo nombre se desconoce), que tras la anexión alemana de Checoslovaquia envenenó a varios soldados alemanes. Para ello se convertía en su amante, y según las historias que se han transmitido de manera oral, tras estar con ella solían morir o desaparecer. Al final fue ejecutada por un agente de la Gestapo enviado para investigar el asunto.
Enviada de nuevo a Francia pocos días después del desembarco de Normandía fue interceptada en un control de carretera junto a su acompañante partisano. Saliendo del coche Violette abrió fuego contra los soldados alemanes, y siguió disparando hasta que su compañero logró huir.
Interrogada y torturada, no lograron hacerla hablar. Se la trasladó al campo de concentración de Ravensbrück en agosto de 1944, donde realizó varios intentos de fuga sin éxito. En Enero de 1945 fue ejecutada por un oficial de las SS. Su historia se cuenta en la película de 1958 Agente Secreto SZ.
A pesar de que Felice Schragenheim intentó huir de Alemania en varias ocasiones antes de la guerra, el caso es que se quedó trabajando para un periódico nazi, ocultando su condición de judia. Allí tenía acceso a información secreta y al mismo tiempo podía ocultarse a plena vista, ayudando a otros judíos a salir del país.
En 1942 se enamora de Lilly Wust, la esposa de un oficial alemán, con cuya familia vive hasta que el 21 de agosto de 1943 es arrestada y enviada al campo de concentración de Theresienstadt. Wust intenta visitarla en el campo, pero se le deniega. Felice muere el 1 de enero de 1944, probablemente de tuberculosis. Wust abandona entonces a su marido y se dedica a proteger a judios el resto de la guerra.
Todo esto no se supo hasta que fue revelado por Lilly Wust en 1995. La película de 1999 Aimée y Jaguar cuenta la historia.
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