Medalla de Honor: John Basilone
John Basilone, héroe de Guadalcanal. En una noche y con su sección de ametralladoras mantuvo a raya el ataque japonés sobre el Campo Henderson, llegando en numerosas ocasiones al combate cuerpo a cuerpo.
Nacido en Buffalo, Nueva York, el 4 de noviembre de 1916, y criado en Raritan, Nueva Jersey, John Basilone era uno de los diez hijos de un sastre italo-americano. No destacaba por ser un buen estudiante, así que decidió abandonar los estudios tras finalizar primaria. Entonces, trabajó un tiempo como caddie en el Raritan Valley Country Club hasta que cumplió 18 años.
Posteriormente, se alistó al Ejército, demostrando cualidades para las ametralladoras: podía armar y desarmar un arma con rapidez, incluso con los ojos vendados. Durante su estancia en el ejército, prestó servicio en ultramar, en las Islas Filipinas, lo que le valió el apodo de Manila John. Tras esta primera experiencia, Basilone vuelve a casa después de tres años de servico.
Volvió a su trabajo de caddie, ejerciendo también de conductor hasta que se aburrió de la vida civil, y en 1940 decidió alistarse en los Marines. Comenzó su carrera en Quantico, Virginia, y posteriormente sirvió en Cuba; Parris Island, en Carolina del Sur, y Camp Lejeune en Carolina del Norte. Tras el ataque a Pearl Harbor, Basilone se presentó voluntario para servir en el Pacífico, y en el mes de abril de 1942, fue destinado a Samoa Occidental.
El 18 de septiembre, Basilone desembarcó en la isla de Guadalcanal en la operación Hightower con la 1 División de Marines. Integrado en el legendario batallón de marines Chesty Puller, Basilone era el suboficial encargado de dos secciones de ametralladoras, siendo desplegadas para defender el perímetro del aeródromo de Campo Henderson.
Durante la noche del 24 al 25 de octubre, Basilone y sus marines apostaron sus ametralladoras en posiciones defensivas en preparación para el esperado asalto japonés. A las 2200 horas, un puesto de avanzada informó de un gran movimiento de tropas enemigo. A medida que los japoneses se aproximaban a las posiciones de los marines, Basilone ordenó a sus hombres que no disparasen hasta que el enemigo estuviera a unos 30 metros de distancia. Una vez que los marines abrieron fuego, infligieron grandes pérdidas a las múltiples oleadas de japoneses atacantes. Aún así, varios japoneses consiguieron llegar hasta las posiciones defensivas, donde Basilone los eliminó con su pistola.
Tras darse cuenta de que las dos ametralladoras que había a su izquierda habían quedado silenciosas y temiendo una maniobra de flanco del enemigo, Basilone cogió una de las ametralladoras y la llevó al flanco expuesto. Mientras se dirigía al lugar elegido, se tropezó con una patrulla japonesa, ametrallando a sus componentes sosteniendo el cañón incansdescente de la ametralladora con las manos. Cuando llegó a su destino, encontró a dos marines con vida y las ametralladoras fuera de combate.
Casi de inmediato, los japoneses lanzaron otro ataque. Sin tiempo para montar la ametralladora en su tripode, Basilone roció a los atacantes, derribándolos uno detrás de otro. Antes de que llegara la oleada del siguiente asalto, cogió una de las ametralladoras silenciadas y la puso en servicio justo a tiempo para repeler otro asalto. Durante horas, los japoneses continuaron atacando en grupos de 15 a 20, y Basilone y sus marines continuaron segándolos.
Cuando el agua y las municiones empezaron a escasear, Basilone hizo dos viajes rápidos para reaprovisionarse. Durante estos viajes a retaguardia, enredado en cintas de munición, estuvo constantemente bajo el fuego enemigo, siendo incluso derribado por una granada enemiga. Entre rondas de munición, Basilone reparó otra ametralladora, teniendo que usarla rápidamente.
Como resultado de su mortífero fuego, se estimó que Basilone y sus marines eliminaron esa noche a unos 2.900 soldados japoneses. Por esta acción, se le concedió la Medalla de Honor y se le ordenó participar en la campaña de captación de bonos de guerra. Tras meses de apariciones públicas en Estados Unidos, Basilone fue destinado a tareas de cuartel en el Washington Naval Yard. Descontento con su fama, Basilone solicitó regresar al combate en el Pacífico.
Poco después, el 9 de febrero de 1945, se le concedió la petición, formando parte de la fuerza de asalto en la Isla de Iwo Jima. Durante el desembarco, Basilone, en solitario, dejó fuera de combate una casamata japonesa, exponiéndose al fuego enemigo para matar a un francotirador japonés que estaba disparando sobre los marines que escapaban de un carro de combate averiado. Aunque la causa de su muerte es todavía una pura conjetura, la versión más aceptada es que murió como consecuencia del fuego de artillería enemigo, cayendo en el oscuro suelo volcánico de Iwo Jima, rodeado de sus marines.
Por sus acciones en Iwo Jima, Basilone fue condecorado postumamente con la Cruz Naval. Es el único marine de toda la Segunda Guerra Mundial que tiene la Medalla de Honor, la Cruz Naval y el Corazón Púrpura. La historia de John Basilone se trata con cierta profundidad en la serie de la productora HBO «The Pacific»
Nacido en Buffalo, Nueva York, el 4 de noviembre de 1916, y criado en Raritan, Nueva Jersey, John Basilone era uno de los diez hijos de un sastre italo-americano. No destacaba por ser un buen estudiante, así que decidió abandonar los estudios tras finalizar primaria. Entonces, trabajó un tiempo como caddie en el Raritan Valley Country Club hasta que cumplió 18 años.
Posteriormente, se alistó al Ejército, demostrando cualidades para las ametralladoras: podía armar y desarmar un arma con rapidez, incluso con los ojos vendados. Durante su estancia en el ejército, prestó servicio en ultramar, en las Islas Filipinas, lo que le valió el apodo de Manila John. Tras esta primera experiencia, Basilone vuelve a casa después de tres años de servico.
Volvió a su trabajo de caddie, ejerciendo también de conductor hasta que se aburrió de la vida civil, y en 1940 decidió alistarse en los Marines. Comenzó su carrera en Quantico, Virginia, y posteriormente sirvió en Cuba; Parris Island, en Carolina del Sur, y Camp Lejeune en Carolina del Norte. Tras el ataque a Pearl Harbor, Basilone se presentó voluntario para servir en el Pacífico, y en el mes de abril de 1942, fue destinado a Samoa Occidental.
El 18 de septiembre, Basilone desembarcó en la isla de Guadalcanal en la operación Hightower con la 1 División de Marines. Integrado en el legendario batallón de marines Chesty Puller, Basilone era el suboficial encargado de dos secciones de ametralladoras, siendo desplegadas para defender el perímetro del aeródromo de Campo Henderson.
Cuando el agua y las municiones empezaron a escasear, Basilone hizo dos viajes rápidos para reaprovisionarse. Durante estos viajes a retaguardia, enredado en cintas de munición, estuvo constantemente bajo el fuego enemigo, siendo incluso derribado por una granada enemiga. Entre rondas de munición, Basilone reparó otra ametralladora, teniendo que usarla rápidamente.
Como resultado de su mortífero fuego, se estimó que Basilone y sus marines eliminaron esa noche a unos 2.900 soldados japoneses. Por esta acción, se le concedió la Medalla de Honor y se le ordenó participar en la campaña de captación de bonos de guerra. Tras meses de apariciones públicas en Estados Unidos, Basilone fue destinado a tareas de cuartel en el Washington Naval Yard. Descontento con su fama, Basilone solicitó regresar al combate en el Pacífico.
Poco después, el 9 de febrero de 1945, se le concedió la petición, formando parte de la fuerza de asalto en la Isla de Iwo Jima. Durante el desembarco, Basilone, en solitario, dejó fuera de combate una casamata japonesa, exponiéndose al fuego enemigo para matar a un francotirador japonés que estaba disparando sobre los marines que escapaban de un carro de combate averiado. Aunque la causa de su muerte es todavía una pura conjetura, la versión más aceptada es que murió como consecuencia del fuego de artillería enemigo, cayendo en el oscuro suelo volcánico de Iwo Jima, rodeado de sus marines.
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